Dante Omar Novaresio, recibió a Jorge Meynet en su casa para contarnos como junto a otras personas de la Dirección Provincial de la Energía de El Trébol armaron el motor más grande que tuvo la región para suministrar corriente eléctrica.
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Pero la historia continúa con los relatos de Dante Novaresio y con la nota que fue realizada en el año 1997 a Arnaldo Trossero quien en ese momento aún trabajaba en los talleres como jefe de mantenimiento.
La década del 70 no fue fácil para las personas que ingresaban a trabajar en la empresa. Era época de gobiernos militares, donde el personal llegaba de distintos puntos de la provincia con poca experiencia, dado que provenían de usinas pequeñas con corriente continua a trabajar a un pueblo que ya contaba con corriente alternada y había que trabajar constantemente con el riesgo a la par e inconvenientes que había que solucionar de manera inmediata porque no solo El Trébol se quedaba sin luz, sino pueblos vecinos como Los Cardos, Cañada Rosquín, Casas, Traill, Piamonte, Landeta, María Susana y las zonas rurales de San Jorge y El Trébol donde las ordeñadoras eléctricas comenzaban a tener auge.
La salida de línea hacia el Oeste alimentaba Piamonte, María Susana, Landeta y gran parte de la zona rural. Los cables eran de cobre de 16 milímetros que en invierno se dilataban con el sol y al llegar las 3 o 4 de la madrugada se contraían y se cortaban. No importaba si llovía, si había barro o viento, el servicio tenía que restablecerse por los tambos, las industrias, los hospitales y el usuario en general. Por aquellos años el trabajo correspondía a la cuadrilla de mantenimiento de redes a cargo de Avelino Lisey y el sub jefe Ricardo Blaing de Huanqueros (Santa Fe). Entre los oficiales estaba Urbano Ottolini que había llegado de Sauce Llorón (Entre Ríos), José Acuña de la capital santafesina, Julián Robledo, Juan Robledo, Víctor Salamano, de nuestra ciudad. Como chofer Néstor Scarafia, de Ataliva. Si el trabajo lo requería se sumaban los guardia reclamos, entre ellos los oficiales Ángel Iztueta y Nelso Baudino. En esa época Norberto Vittone fue trasladado a Casas. En la sala de máquinas los problemas no eran menores. Los primeros tiempos la usina contaba con 6 máquinas, donde había que controlar las distintas bombas de agua, de aceite, de combustible y las torres de enfriamiento, los tableros de cada pueblo y por supuesto si alguno de las localidades tenía un desperfecto había que salir al exterior, ingresar a la sub estación y reponer el servicio mediante los fusibles y seccionadores. No importaba si había viento, lluvia o rayos, era una sensación extraña sobre todo en la noche donde solo una linterna y el compañero de turno realizaban la maniobra para generar nuevamente energía al lugar, con el condimento especial que eran 13.000 o 33.000 voltios que al cerrar las cuchillas de los seccionadores producían un arco como el de una soldadura eléctrica gigante. Si bien se usaban guantes, pértigas o la banqueta de protección la sensación en el cuerpo era difícil de explicar.
También había que realizar las planillas horarias diarias de manera manual, ya que no se contaba con computadoras, ni tecnología.
Como maquinistas y ayudantes estaban Pablo Medida de Santa Fe, Luis Fernández y su padre Miguel Fernández de la localidad de las Garzas (Santa Fe) Angel Meslher de Gesler (Santa Fe), Enzo Alisa, Eugenio Rovei, César De Giorgis, Roberto Trosero, Carlos Meynet de Progreso (Santa Fe), Juan Torre , Rubén De Giorgis de El Trébol y Jorge Meynet de Progreso (Santa Fe).
Por aquellos años se trabajaba 8 horas y a pesar de la temperatura reinante en la sala, el ruido ensordecedor de las turbinas, la vibración del piso, las mismas pasaban casi sin darse cuenta.
La otra cuadrilla era la de mantenimiento mecánico a cargo del jefe de la sala de máquinas Oscar Allegranza, a quien acompañaban como sub jefe Miguel Giorgis. Como oficiales Arnaldo Trossero, Ricardo Allegranza y medio oficial Víctor Mesher que debían estar atentos por si alguna de las maquinas sufría un desperfecto. Las tareas no tenían horario.
Además estaba la parte administrativa, encargada de la facturación y medición domiciliaria, por entonces el Sr. Medina, Iván López ambos de la ciudad de Santa Fe, Octavio Lépore, Héctor Venier, Hugo Scotti y Jesús Quinteros de nuestra ciudad.
A fines de la década del 60 el gerente era el Técnico Raúl Podio, una excelente persona oriunda de Esperanza que por problemas de salud fue reemplazada por el Ing. Vázquez que llegó de Mar del Plata con un pensamiento y una forma de trabajo autoritaria y poco amable con los empleados.
En los comienzos de los 70, siendo muy joven se pone al frente de la gerencia Emilio Mercier, época en que la Dirección Provincial de la Energía tuvo su mayor desarrollo. Se sumaron luego Ricardo de la Roca, Jorge Nelli y Jorge Mercado de la ciudad de Santa Fe.
La Usina en El Trébol dejó de funcionar en la década del 80, pasando al sistema interconectado como lo conocemos en la actualidad.









