Sus 48 años de sacerdote en la Arquidiócesis hablan de un servicio eclesial muy importante. Fueron muchas las comunidades en las que ejerció su sacerdocio, en todas ha dejado el recuerdo del Pastor bueno y entregado.
Su primera experiencia diaconal fue en Santa Rosa de Lima en Santa Fe, luego como sacerdote ha servido en San Javier, en Nuestra Señora de Pilar, en San Lorenzo de el Trébol, en Los Cardos y en Santa Clara de Asis.
Este recorrido rápido y breve guarda el recuerdo de muchas comunidades, parroquias capillas y personas que han valorado y para quienes ocupan un lugar en su historia eclesial y afecto personal.
Un gran devoto de La Virgen de Guadalupe quien según él siempre lo protegió a largo de su vida personal y sacerdotal.
Un agradecido de su familia que le inculcó sus valores y de la figura de Monseñor Vicente Zaspe, el Obispo que en momentos difíciles lo acompaño y lo ordenó.
Una historia que tiene mucho de personal, pero que también nos pertenece porque es parte de la historia de nuestra Iglesia en Santa Fe.









