Al conmemorarse el centenario de la inauguración del primer templo católico de la localidad, el Museo de la Ciudad, en un acto de homenaje, colocó una placa conmemorativa de bronce en el solar donde otrora se erigía este emblemático edificio.
La placa fue instalada en el terreno donde actualmente reside la familia Borghino Meynet, y anteriormente habitaron Julia Lladós y José Borghino. Este gesto buscaba perpetuar la memoria del primer templo y reconocer su importancia en la historia de la comunidad.
Un pedazo de historia recuperado
Aunque la placa en sí no es un vestigio original del templo, su presencia en el lugar donde este se encontraba le otorga un valor histórico inestimable. Se convierte en un hito que marca el paso del tiempo y nos invita a reflexionar sobre las transformaciones que ha experimentado nuestra ciudad.
Más allá de la placa
El primer templo católico de El Trébol fue mucho más que un simple edificio. Fue un centro de reunión, un espacio de oración y un símbolo de fe para los primeros pobladores. En sus paredes se escribieron innumerables historias de vida, se celebraron los sacramentos y se encontró consuelo en momentos de dificultad.
Lamentablemente, el paso del tiempo y las transformaciones urbanas hicieron que el templo desapareciera, siendo reemplazado por una vivienda familiar. Sin embargo, gracias a la iniciativa de colocar esta placa conmemorativa, su legado sigue vivo en el corazón de los trebolenses.
