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El Trébol
sábado | 25/10/2025

Un siglo en papel: Pedro Aguilera presentó el libro que revela los secretos y la evolución de la Plaza San Martín

sábado 25 octubre 2025

La mañana del lunes se convirtió en una cita con la historia local, cuando el  vecino y autor, Pedro Fernando Aguilera (popularmente conocido como «Piri»), presentó su flamante libro «La plaza San Martín, corazón de El Trébol». El principal paseo de la ciudad, que celebra su centenario desde los primeros trabajos, fue el escenario perfecto para desvelar la obra que bucea en su origen, construcción y evolución.

El  acto, que se llevó a cabo a las 11:00 horas en la misma Plaza San Martín, congregó a autoridades municipales, representantes de instituciones educativas y sociales, y  vecinos, demostrando el profundo arraigo que tiene este espacio en la comunidad.

El origen de un espacio necesario

Tras las alocuciones de las autoridades, el historiador Ruben Adalberto Pron tomó la palabra, agradeciendo la convocatoria de Aguilera y aportando valiosos datos sobre la génesis del lugar. Pron explicó que la Plaza San Martín fue, en sus inicios, un «hueco» que hubo que «inventar» para unificar los antiguos pueblos que conformaban la actual ciudad: el loteo de la Compañía de Tierras (con su plaza donde hoy está el Club Trebolense), el Pueblo Tais (con su plaza cedida a las Damas de Beneficencia para que se construyera el Hospital), y el Pueblo Paso (con sus Plazas Este y Oeste).

«El Trébol no tenía plaza, habían pasado 33 años de la creación del pueblo y no tenía plaza», recordó Pron. El terreno elegido era originalmente un bajo, parte de la colonia Tais, pero la necesidad de urbanizar y unificar llevó a la Comuna a comprar el predio, negociando con los propietarios Victoria De Lorenzi y Marcos de la Torre. La adquisición se concretó en 1922 y la construcción, impulsada por la idea del párroco Joaquín García de la Vega, comenzó en 1923.

Una historia de vínculo personal

El autor, Pedro Aguilera, compartió las razones que lo impulsaron a escribir esta historia. «Hace 75 años que vivo aquí, la calle Rosario es mano para el oeste,  de manera tal que me caigo siempre en la plaza,» bromeó, subrayando su vínculo inquebrantable con el lugar desde su infancia, pasando por sus días escolares en la Escuela Laprida y la Escuela Media.

Aguilera dividió la historia de la plaza en dos grandes etapas: la «Plaza Vieja» (desde 1923 hasta los años ’70) y la «Plaza Nueva». Recordó que fue hace 100 años que se instaló el primer ladrillo para el kiosco o retreta, y que la gran transformación se dio alrededor de 1976/77, a raíz de problemas de napas e inundaciones. En ese reacondicionamiento, su hermano, Osvaldo  Aguilera, entonces en la Dirección de Obras Públicas, fue el responsable del diseño  actual de la plaza.

Un mosaico de historia y colaboraciones

La obra,  es el resultado de un exhaustivo trabajo de investigación y recolección. Aguilera dedicó el libro a su familia, a la memoria de su hermano, a Kelly Rossi y a Don Heriberto Maurino (cuya mano se ve en la mayoría de los monumentos).

El autor hizo un especial reconocimiento a los colaboradores clave que enriquecieron la publicación, que consta de siete capítulos, más de 100 páginas y más de 100 fotos:

  • Ruben «Chacho» Pron: Colaboración fundamental.
  • Ingeniero Mario Rosso: Autor de un mapa con todas las especies arbóreas de puño y letra.

  • Arquitecto Leonardo López: Encargado de los planos de la comunidad y la nueva iluminación.

  • Leonel Basso y Gabriel Zapata: Aportando numerosas fotografías diurnas y nocturnas, siendo Zapata la dueño de la imagen de la tapa.

  • Georgina Rantica: Diseñadora gráfica de la obra.
  • Dr. Esteban De Lorenzi: Autor de la cronología e historia de la fe católica en El Trébol.

El libro recorre detalladamente los principales hitos y monumentos: desde el Mástil (Altar de la Patria), ubicado donde estuvo el Kiosco Retreta, hasta el Monumento a la Madre, la Pérgola del Paseo del Centenario (1990), el Monolito Pacto de Valores (1960), la Fuente del Bicentenario (Rotary Club), el Parque de los Niños (Club de Leones) con su Ibirapitá, y el Anfiteatro.

También Aguilera rememoró que el busto de San Martín, instalado en 1950, fue el que dio nombre a la plaza, que hasta entonces se llamaba «Plaza Principal» o «Plaza Pública».

Para finalizar el autor del libro invitó  a leer el libro: «En él intento  reflejar el camino de la plaza que acompañó a la evolución histórica de la comunidad».

La obra de Aguilera no solo refleja el camino físico de la plaza, sino que la entrelaza con la evolución histórica y social de El Trébol. Con un atractivo diseño editorial, gráficos, planos, recuerdos y anécdotas, el libro se erige como una referencia indispensable para conocer el centro neurálgico de la ciudad. El autor invitó a la comunidad a leer el libro, dejando este legado en manos de las futuras generaciones.