San Jorge se vistió de gala este martes para rendir un sentido homenaje a una de sus figuras más emblemáticas. Víctor Chiarlo, referente de la comunidad y ligado a la histórica fábrica de bolitas Tinka, fue oficialmente declarado ciudadano ilustre en una ceremonia cargada de emoción.
Un ejemplo de vida para la comunidad
El acto tuvo lugar en la mañana de este martes en el Museo de la Ciudad Aurelio Genovese, reuniendo a autoridades municipales, concejales y familiares.
El intendente Juan Pellegrino encabezó el reconocimiento, destacando la trayectoria y el legado de Chiarlo. «El ciudadano ilustre busca eso: la conducta de la persona que es un ejemplo a seguir para cada sanjorgense», expresó Pellegrino. «Y vos, Víctor, en todos los aspectos de la vida, lo has logrado. Sos un ejemplo para cada uno de nosotros y por eso va este reconocimiento».
La emoción de un vecino legendario
Próximo a cumplir 95 años este domingo, Víctor Chiarlo se mostró visiblemente conmovido y sorprendido por la distinción. «Nunca me imaginé que podría darse algo así», confesó, con el corazón en la mano, un sentimiento que resonó en todos los presentes.
El reconocimiento no solo celebra la trayectoria personal de Chiarlo, sino también su profunda conexión con la historia económica y social de San Jorge, especialmente su vínculo con Tinka, la icónica fábrica de bolitas que marcó a varias generaciones.
Documentos que sellan la historia
Para formalizar la distinción, el municipio entregó a Víctor una copia enmarcada del reconocimiento. Un detalle especial es que se realizaron tres copias: una para el homenajeado, una segunda para su custodia personal, y una tercera que llevará su firma y quedará expuesta en el museo, como testimonio permanente de su legado.
Por su parte, el Honorable Concejo Municipal hizo entrega de una copia de la Ordenanza N° 2548, el documento legal que lo declara formalmente Ciudadano Ilustre.
El cierre de la emotiva mañana contó con las palabras de su hijo, Lucas Chiarlo, y de Adrián Ñañez y Rosana Chiarlo, quienes hablaron en nombre de la familia y de la empresa Tinka, reafirmando que la historia de Víctor es, en gran medida, la propia historia de San Jorge.
