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El Trébol
martes | 4/11/2025

Biro y Meynet: los apellidos que marcaron la historia de la «birome» Argentina

martes 4 noviembre 2025

Juan Jorge Meynet es una figura indispensable para entender por qué, en gran parte de Hispanoamérica y especialmente en Argentina, el bolígrafo se conoce simplemente como «Birome». Si bien la genialidad de la invención original recae en el periodista húngaro Ladislao José Biro, fue Meyne quien se convirtió en el socio clave para su desarrollo comercial y producción en el Río de la Plata, dejando su apellido grabado en la historia de uno de los inventos más trascendentales del siglo XX.

La huida de Europa y la oportunidad Argentina

La historia de la birome como producto comercial está íntimamente ligada al estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1940, Ladislao Biro, junto a su hermano y su amigo Juan Jorge Meynet, logró emigrar de una Europa asediada por la guerra.

El destino fue Argentina, una elección propiciada por un encuentro fortuito que Biro tuvo con el entonces presidente argentino Agustín P. Justo en Yugoslavia, quien se mostró fascinado por el invento y le ofreció la oportunidad de fabricarlo en el país.

El nacimiento de la marca «birome»

Una vez instalados en Buenos Aires, la visión de Biro necesitaba de una estructura de negocios sólida para pasar del prototipo a la producción en masa. Es aquí donde la figura de Juan Jorge Meynet tomó un rol preponderante.

Juntos, fundaron la compañía Biro Meynet Biro. Para bautizar su revolucionario producto, decidieron combinar sus apellidos. Así, del acrónimo de BIRO y MEYNEt nació la marca «Birome». El producto fue oficialmente registrado con este nombre el 10 de junio de 1943.

Si bien Biro es reconocido como el inventor, Meynet fue esencialmente el socio de negocios que ayudó a establecer la fabricación y el management de la empresa. Este rol vital le permitió dejar una huella imborrable, pues su apellido, fusionado con el de Biro, pasó a formar parte del lenguaje cotidiano, convirtiéndose en el sinónimo más popular del bolígrafo a nivel regional.

La Birome, fruto de la invención de uno y la visión empresarial del otro, no solo revolucionó la forma de escribir en el mundo, sino que también se consolidó como un orgulloso símbolo del ingenio adoptado por Argentina.